A partir de los 6 meses es necesario el cambio de alimentación no solo porque se lo indiquen oficialmente, sino porque el bebé va progresivamente dejando de serlo y sus necesidades nutricionales cambian. El bebé ya no puede mantener una alimentación única de leche materna. Eso le llevaría a una desventaja nutricional.
El cambio de alimentación requiere ayuda y paciencia. Lo primero es tener control sobre las posibles intolerancias alimenticias, es decir, si algún alimento produce diarrea, aumento de temperatura, estreñimiento, u otro tipo de enfermedades al bebé. El organismo del bebé debe irse acostumbrando progresivamente.
Una ayuda clara para el paso de la lactancia a la alimentación de transición, es la del Dr. Manuel Hernández, depto de Pediatría de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), y jefe del Hospital del Niño Jesús, Madrid.
Edad de introducción de los distintos alimentos en la dieta del lactante

Recuerden que alrededor de los 7 meses el niño reconoce emociones primarias en las figuras cercanas que le cuidan, por lo tanto si la madre o el padre se pone muy tenso a la hora de dar alimentos, el bebé podrá manejar bastante la situación, poniéndose también muy tenso.
Para el cambio de lactancia a alimentación de transición, siguiendo las recomendaciones de la tabla anteriormente mencionada, el único problema que se presenta es el de la autoridad y firmeza en la decisión del cambio alimenticio, pues, quienes saben lo que necesita para continuar creciendo son los padres. Es absolutamente contraproducente mantener a un bebé con lactancia materna exclusivamente después del primer año. El bebé se verá en un riesgo severo de desnutrición.
Si el bebé llora porque no quiere comer, y los padres recurren al pediatra, puede que él recomiende el uso de jarabes o complementos para el apetito. Pero si aún así no cede el llanto y no hay ninguna evidencia de intolerancia alimenticia hay que pensar que los padres deben tener poca tolerancia a los llantos o mucho temor de que su hijo no coma nada. El ritmo de alimentación de un niño de 1 año debe obedecer a su necesidad nutricional, a su actividad física y eliminación. Por tanto, hay que darle de comer hasta que tenga hambre, porque aun cuando sea algo que normalmente rechaza, con hambre lo aceptará. En principio, introducir un alimento nuevo se tarda unos 2 o 3 días y luego se establece un patrón de horarios normal en los que requiere alimentación. Ejemplo: biberón de mañana, fruta o yogurt a media mañana, comida o almuerzo, merienda, biberón o cena por la noche según sea necesario.
(Katam de Jalab Atamatak - psicóloga)
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